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EL FRENTE POPULAR EN SEGOVIA Y EL REAL SITIO


La mesa redonda, El Frente Popular en Segovia y el Real Sitio, en la que participaron el profesor Eduardo Juárez de la Universidad Carlos III y Eduardo Herrerín de la Universidad Autónoma de Madrid, tuvo tres temas fundamentales: la llegada del nuevo régimen, el movimiento insurreccional de octubre de 1934 y, por último, la formación del Frente Popular.

En cuanto a la primera cuestión, la proclamación de la República, los conferenciantes expusieron: por un lado, en Segovia, al igual que la mayor parte de las ciudades del país, se levantó republicana el día 13 de abril tras las elecciones municipales celebradas el día anterior. La alianza de la izquierda pudo gobernar con mayoría frente a la coalición monárquica. Esta derrota de los candidatos monárquicos en la capital estuvo marcada, entre otras cosas, al igual que el resto de España, por la falta de unidad entre ellos. Hubo sitios en los que compitieron entre sí. Pero sobre todo esta derrota se produjo por las ganas de cambio de la sociedad, que deseaba poner fin a la corrupción caciquil, cambiar a los viejos políticos y abrir un nuevo camino hacia la modernidad. La Monarquía se veía como algo caduco, bajo cuyo régimen era imposible cambiar las cosas en España; por otro lado, en San Ildefonso ocurrió todo lo contrario, es decir, la coalición de izquierdas caía derrocada a favor de los monárquicos.

Ambos ponentes remarcaron con la ilusión con la que llegaba el nuevo régimen en la capital. Así, mostraron como el 14 de abril por la tarde, al conocerse la noticia de la proclamación de la República en España, Segovia se convirtió en una fiesta. A las ocho de la tarde se organizaba en la casa del pueblo una manifestación de manera espontánea con los propios militantes y simpatizantes del PSOE y UGT, muy numerosa a cuya cabeza figuraban los señores Ruben Landa, Antonio Ballesteros y el insigne poeta Antonio Machado, seguidos de los dirigentes de la casa del pueblo y de Alianza Republicana. Al llegar a la plaza del azoguejo, donde se encuentra el acueducto, que estaba repleta de público, los manifestantes fueron acogidos con vítores y aplausos. Desde allí se dirigieron a la Plaza Mayor, por las calles principales de Segovia: Cervantes, Juan Bravo e Isabel la Católica, al pasar por ellas se iban sumando grupos de ciudadanos a la manifestación. Mucha más gente que se adhería al grupo según avanzaba. Para expresar tanta alegría se fabricaron banderas improvisadas, elaboradas a base de paños o trapos rojos, gualdas y morados.

En cuanto a la segunda cuestión, la Revolución de Octubre en la provincia segoviana, los conferenciantes hicieron hincapié en que tanto San Ildefonso como Segovia hubo movimientos con relación a estos sucesos. En Segovia, como a nivel nacional, también se intentó una huelga general. Ésta habría sido decretada el día 4 por los socialistas en una reunión en la Casa del Pueblo. Sin embargo, El Adelantado de Segovia lo tacha de fracaso, exceptuando la fábrica de caucho Klein Frères y habla de una mínima parte que lo secundó. En los archivos diplomáticos franceses, según un informe de 1936 de Jean Herbette, embajador de Francia en España, unos 60 obreros fueron despedidos. Es cierto que en la provincia tuvo poca repercusión exceptuando la fábrica de caucho expuesta anteriormente, en Villacastín, Cuellar y, sobretodo en San Ildefonso. Esta última, los obreros del Patrimonio de la República hicieron la huelga más numerosas de la provincia, donde el Gobernador civil ordenó al administrador del Patrimonio que pusiera un cartel en el que se anunciaba que los obreros que no reanudaran el trabajo el próximo lunes podrían considerarse como despedidos. Además, el gobernador civil destituyó a Demetrio Hoyos, gestor socialista de la Diputación, “por no haber correspondido a la confianza que en él puso el Gobierno”. Esta destitución se debía a que, según el gobernador, Demetrio Hoyos había intervenido activamente en la huelga de San Ildefonso. En su lugar fue nombrado Ricardo Riesgo, profesor de instituto.

Ambos ponentes expusieron que además de las huelgas, había que añadir un intento de atentado a un poste del tendido eléctrico con el que se intentó dejar a oscuras a la población. No se sabe porque no explotó si por la humedad, por que no fue bien construido por los autores o por que no llegaron activarlo como expusieron en el juicio militar.

Por último, la mesa redonda abordó la formación del Frente Popular y las elecciones de 1936. En este apartado, los conferenciantes remarcaron que Segovia no fue una excepción a nivel nacional en lo que se refiere a la formación del Frente Popular. Esta coalición estuvo formada por Izquierda Republicana, Unión Republicana, y el PSOE. Frente a la unión de las izquierdas, la descomposición de la alianza de centro-derecha a nivel nacional tuvo su réplica, lógicamente, en Segovia. En consecuencia, cada grupo político se presentó a las urnas con una candidatura propia, excepto los partidos de Acción Popular, perteneciente a la CEDA, y el Partido Agrario. El líder de la CEDA a nivel nacional, José María Gil Robles, impuso a Manuel Jiménez Fernández, ex ministro de agricultura en el gobierno radical-cedista de octubre de 1934, para ocupar la cabeza de dicha candidatura.

Los resultados que se dieron en la provincia de Segovia fueron diferentes al ámbito nacional, donde triunfó el Frente Popular. En Segovia venció la derecha, que consiguió tres escaños; mientras que la izquierda sólo obtuvo uno. En la capital se hizo eco de estos resultados, mientras que en San Ildefonso ganaría el Frente Popular, lo que se asemejaría a los resultados en todo el país.

A pesar de la derrota del Frente Popular, los partidos de izquierdas mostraron su conformidad con el resultado de las elecciones, debido, en gran medida, al aumento de escaños en comparación con las anteriores elecciones. Con el objetivo de mostrar su satisfacción a nivel nacional, el 20 de febrero a las 7 de la tarde, se celebró una manifestación con símbolos de izquierdas, presidida por la Casa del Pueblo e Izquierda Republicana. Esta manifestación tenía como fin llegar al Gobierno civil, pasando por las principales calles de la ciudad: Juan Bravo, Cervantes, Isabel la Católica, Cronista Lecea y Plaza de los Huertos. En el balcón central del Gobierno Civil se izó la bandera nacional, que fue recibida con aplausos y vivas a la República. Luego se dirigieron al ayuntamiento donde también fue izada la bandera republicana. Después de esto, los grupos se disolvieron pacíficamente, sin que existieran incidentes a reseñar.

Por último, los conferenciantes señalaron que en San Ildefonso, donde el Frente Popular había obtenido una gran victoria, los militantes de partidos de izquierdas se movilizaron para hacer cumplir las promesas electorales. Así, los habitantes reclamaron, mediante una manifestación en frente del ayuntamiento, la vuelta al trabajo de las personas despedidas como consecuencia de la huelga de octubre de 1934 que trabajaban en el palacio. Además, en una carta, escrita por los miembros del Frente Popular de la localidad, se pidió al ayuntamiento que “haga justicia” y, por tanto, declarasen nulas todas las plazas que dieron los gestores radicales-cedistas a partir del seis de octubre y “sean cubiertas por personas capaces del Frente Popular”.

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