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Los campos de internamiento de republicanos españoles en Francia

Un viernes más, el salón Siglo XXI, del Excmo. Ayuntamiento del Real Sitio de San

Ildefonso, acogió una nueva sesión del seminario, Infiernos en la tierra. La mesa coloquio, los

campos de internamiento de republicanos españoles en Francia, estuvo formada por José María

Naharro, de la Universidad de Maryland, y Guadalupe Adámez, de la UHA.

En primer lugar, los conferenciantes contextualizaron el momento. La Guerra Civil

constituyó uno de los hechos más relevantes y trágico de la Historia de España en el

siglo XX. En esta guerra se concentraron muchos de los problemas que la sociedad

española contemporánea venía arrastrando desde el inicio de las revoluciones liberales

del siglo XIX. El enfrentamiento entre los grupos tradicionalmente dominantes en España

(aristócratas, grandes propietarios agrícolas, empresarios, Iglesia y ejército) y las clases

populares (campesinos, obreros y pequeña burguesía) llegó a un punto crítico durante la

Segunda República y culminó en la Guerra Civil. Pero la guerra también fue el

resultado de las tensiones surgidas en Europa por la difícil coyuntura de la década de

1930. Por ello, el conflicto español fue visto a nivel internacional como el primer

enfrentamiento entre totalitarismo y democracia. La guerra contribuyó a ahondar aún

más la división en el seno de la sociedad española, y a dificultar la reconstrucción de

unas pacíficas relaciones de convivencia. Durante el régimen franquista quedó claro de

quiénes eran los vencedores y quiénes los vencidos.

El descenso demográfico no fue tanto por los muertos en combate, sino por los

civiles asesinados con la entrada de las tropas en las ciudades, los franquistas declaraban

rebeldes a los que no se sumaran a la rebeldía. Fue más dura la represión que la propia

batalla. Los republicanos también cometieron atrocidades, pero no de manera

sistemática. Se produjeron más de 500.000 víctimas, producto de la contienda, de

muertes en la retaguardia y ejecuciones tras la guerra. Por otra parte hay que señalar el

gran exilio que se produjo. Ya hemos hablado, durante las anteriores conferencias,

como una parte eligió Francia, México, la URSS o países sudamericanos. Otros muchos

combatieron en la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, donde un

gran número de ellos murieron en campos de concentración.

Unos 500.000 republicanos exiliados eligieron Francia como un mejor destino. Sin

embargo, el gobierno francés de la tercera república alzó una barrera contra los

refugiados españoles que llegaban de forma catastrófica en enero de 1939. Ambos

conferenciantes no dudaron en denominarla como la mayor avalancha en Europa en el

siglo XX. Casi todos los republicanos exiliados acabaron en campos de internamiento.

Señalar que ante la imprevista avalancha humana, puede ser que el gobierno francés se


viera desbordado. Sin embargo, los campos de internamiento estuvieron más de seis

años, periodo que abarcó la segunda Guerra Mundial.

Estos campos, una gran parte, fueron reutilizados de la Gran Guerra. Los más

grandes eran las zonas originarias, es decir, en las costas, por ejemplo, el mar y una

alambrada eran los límites de dicho campo. Los propios internados eran los que tenían

que construir sus propias barracas. Muchos de ellos eran simples hoyos en la arena con

unas mantas para protegerse del frío.

En segundo lugar, la mesa coloquio expuso lo difícil que fue para las personas

psicológicamente, pues escapaban de una represión por parte del ejército rebelde en

busca de una vida mejor. Sin embargo, la llegada a estos “campos de concentración”

supuso un duro golpe. Muchas personas se suicidaron tirándose al mar. Otros buscaban

cualquier tipo de ocio para poder mantener viva la esperanza. Con todo esto, los

conferenciantes mostraron las duras condiciones de los campos de internamiento

franceses. Tanto Naharro como Adámez, explicaron que la única ayuda que podían

tener los reclusos era emigrar a un tercer país. Uno de los pocos que aceptó acoger a

estos exiliados republicanos fue México. Éste ayudó entre 20.000 y 24.000 internados,

en donde la escritura y la agricultura era determinante para ser escogido. El país

norteamericano quería llevarse las ideas republicanas y repoblarse con personas con

experiencia dentro del sector primario.

Por último, los conferenciantes discutieron sobre la terminología de campo de

internamiento, pues podría cumplir los requisitos para denominarse como campos de

concentración.

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